“Con cada estímulo que desencadena una emoción se generan nuevas conexiones entre grupos de células en nuestro cerebro.”
Eduard Punset
Según Lazarus, ”las emociones son reacciones psicofisiológicas organizadas que se producen en el sujeto o informaciones del ambiente que son relevantes para él”.
Las emociones nos permiten entender nuestras motivaciones, aquello que consideramos importante, los valores y creencias. “Son el reflejo de estados afectivos personales y colectivos, influyen en las relaciones interpersonales y grupales y expresan nuestras reacciones ante los valores, costumbres y normas sociales que dan cuenta de las diferencias culturales” (Guedes Gondim & Estramiana, 2010Según Ekman & Oster (1981). Los estudios transculturales determinaron que, ante la presentación de una serie de fotografías de rostros que expresaban diferentes emociones, observadores de diferentes culturas denominaban de la misma manera a determinadas expresiones faciales. Estos observadores pertenecían a diferentes culturas, incluso algunos grupos de observadores eran miembros de tribus no letradas, los cuales crecieron aislados de los medios de comunicación de comunidades letradas.
Además, en dichos estudios se observó que miembros de diferentes culturas (letradas y no letradas), mostraron las mismas expresiones faciales al experimentar la misma emoción. Una excepción a esto es en aquellas culturas con amplio control social. Los individuos pertenecientes a estos grupos, por ejemplo Japón, expresaban abiertamente la emoción cuando se encontraban solos, pero mostraban mayor control cuando había otras personas.
Con lo cual, se concluye que las microexpresiones faciales son innatas, programadas biológicamente, y la cultura influye con normas acerca del grado en que se deben expresar las emociones.
Por tanto, las emociones son reacciones naturales, un mecanismo innato, con unas microexpresiones faciales innatas, sin embargo, cada uno experimenta las emociones a su manera y desacuerdo a su valoración.
No obstante, podemos suponer que aunque partamos de una base común, de un sustrato emocional de la especie, existen diferencias individuales y por lo tanto infinitos mundos emocionales, tantos mundos emocionales como personas.
Poco a poco, a medida que tenemos diferentes experiencias vamos desarrollando un patrón emocional único y especifico de cada uno. Dicho patrón recoge los estímulos que nos provocan cada una de las emociones, nuestra manera de vivenciarlas, las reacciones, interpretaciones, etc. Por lo tanto, aunque tengamos un sustrato emocional común, cada uno de nosotros tiñe con tonalidades propias las emociones que siente.
En el cuento mi habitación es un caos, https://tienda.babidibulibros.com/libro/mi-habitacion-es-un-caos_143485/ la protagonista esconde sus miedos y sus frustraciones bajo el desorden, así pues cuando decide ordenar su habitación y poner orden a us cosas, esas emociones cambian, su valoración interna es mucho más optimista cuando conecta con las emociones agradables.