EL amor echa fuera el temor, porque el temor conlleva dolor, estrés, dudas, quejas, juicios.. y el que teme, es porque aún no se ha perfeccionado en el amor.
Constantemente estamos percibiendo amenazas, muchas veces nuestra mente interpreta situaciones inofensivas en nocivas. ¿cómo evitarlo? La educación emocional nos invita a moderar las emociones desagradable, las percepciones amenazantes o las interpretaciones ligeras que cada día se cruzan en nuestro camino.
Educar las emociones, significaría cambiar la perspectiva. Entre las competencias que se sugiere desarrollar urgentemente para echar fuera el temor, están en primera línea:
- La practica del agradecimiento diario por los detalles microscópicos positivos que pasan a nuestro alrededor, me refiero al agradecimiento que te hace estirar la comisura de los labios y que te genera una inspiración profunda.
- El sentido del humor, que te ayuda a transformar y deformar realidades desagradables. Durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial en Londres, muchas tiendas colgaban en sus escaparates carteles que decían “Open as Usual” (Abiertos como de costumbre). Cuando una bomba destruyó un edificio comercial, una tienda quedó totalmente destrozada. Sólo quedaba en pie una pared del negocio. Y fue justamente ahí donde el dueño colgó un cartel con el mensaje: “More Open Than Usual” (¡Más abierto de lo habitual!). Si conseguimos desarrollar una décima parte del sentido del humor de este empresario británico, el estrés nunca podrá con nosotros.
- El autoamor, mientras más te dediques a tí, a cuidarte a mimarte, y no me refiero solo por fuera, sino a cuidar los pensamientos que tienes hacia tí misma/o, las palabras horribles que llegas a decirte o las acciones agresivas que te autogeneras estresandote o intentando ser perfecta/o a costa de tu salud..
Plantale cara al temor! y empieza a sonreir!
Cuéntale a tu mente una historia actualizada sobre tí, cuéntale que por muchas tormentas que vengan sacarás un un buen chubasquero, cuéntale que mientras vivas estás dispuesto/a a fluir con lo que venga y que NADA, NADA y NADA tendrá el poder de robarte la calma…
Te leo…
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