Niños

¿Cuentas con la opinión de tus hijos?

“La infancia es la etapa en la que todo se construye

 “La infancia es la etapa en la que todo se construye”

Paulo Freire

Con la mejor intención tenemos deseos e ideas de como queremos que sean nuestros hijos, como se deben comportar, que les debería gustar, donde deben ir, les imponemos las actividades de ocio, les vestimos a nuestro gusto y esperamos que obedezcan sin rechistar. 

Pregunto: ¿Les pides su opinión, les preguntas que les molesta? No confundamos pedirles su opinión a que ellos decidan que hacer; hay una gran diferencia, pero ante la pregunta ¿Cómo te gustaría que tus hijos fueran de mayores?, no dudamos en decir que sean buenas personas, que sean respetuosos, que sean independientes y/o que sean felices.

Esos deseos están muy bien, pero ¿les enseñamos o les damos el ejemplo de amarse y respetarse a ellos mismos, les enseñamos a que sean autónomos e independientes, les enseñamos la apreciación de los momentos sencillos, les enseñamos a sentirse agradecidos, o a expresar lo que sienten y de esta manera ser más felices?..

Nuestros hijos tienen derechos, hemos de respetarlos, preguntarles su opinión, pedirles disculpas cuando nos equivocamos, empatizar con sus necesidades, no resolverles los problemas (los inutilizamos), comprender sus emociones, etc. y eso no significa ser permisivos o dejar de enseñarles normas de educación y sociales.

De hecho, el artículo 12 de la convención de los Derechos del niño dice: Los Estados Partes garantizarán al niño, que esté en condiciones de formarse un juicio propio, el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño.

Todos amamos a nuestros hijos, pero el amor no siempre es suficiente. Es necesario que el amor sea visible, que los niños lo perciban cada día, y que nuestras acciones hacia ellos sean coherentes, respetando sus derechos como niños.

Que vivan una vida satisfactoria o no dependerá en gran parte del amor que perciban en casa y si los padres están separados, en ambas casas debería haber cierta coherencia a la hora de educar; de lo contrario los niños se desestabilizan.

Del vínculo que creemos con nuestros hijos determinará su conducta, lograr un vínculo sano y fuerte permitirá que la vida en familia sea más satisfactoria.

Hay una nueva forma de ver el desarrollo de los niños y la crianza de los hijos que es mejor para todos: déle a su hijo el control sobre su propia vida. Respete sus comentarios, déjelos decidir qué quieren, adónde quieren ir, qué quieren ponerse y, lo que es más importante, déles el espacio para expresarse creativamente en lo que quieran.