Cuando tengas un momento de tranquilidad, lee los cuentos y metáforas, permite que te ayuden a reflexionar…
1. Amor, riqueza y éxito
Una mujer salía de su casa y vio a tres ancianos de larga y blanca barba sentados al frente de su casa. No los reconoció y dijo «No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor pasen y acepten alguna cosa para comer». «Se encuentra el hombre de la casa dentro?», preguntaron. «No», dijo ella, «Él salió». «Entonces no podemos pasar», contestaron. En la tarde cuando su esposo llegó a casa, le dijo lo que había pasado. «Vé a decirles que estoy en casa e invítalos a pasar». La mujer salió e invitó a los hombres a que pasaran. «No pasamos a una casa juntos», respondieron. «Por que es así?, quiso saber ella. Uno de los ancianos le explicó: «Su nombre es Riqueza, apuntando a uno de sus amigos, y apuntando al otro dijo, «Él es Exito, y yo soy Amor». Después agregó «Ahora ve y discute con tu esposo a cuál de nosotros deseas en tu casa» La mujer entró y le dijo a su esposo lo que se había dicho. Su esposo se regocijó. «Que bueno!!», dijo. «Dado que éste es el caso, invitemos a Riqueza. Dejemos que venga y llene nuestra casa de riqueza!» Su esposa no estuvo de acuerdo «Querido mío, porque no invitamos a Exito?» La hija estaba escuchando desde el lado opuesto de la casa. Saltó con su propia sugerencia: «No será mejor invitar a Amor?» «Nuestra casa estará entonces llena de amor!»
«Hagamos caso del consejo de nuestra hija», dijo el esposo a su esposa. «Sal e invita a Amor a ser nuestro huésped» La mujer salió y les pregunto a los 3 ancianos. «Cuál de ustedes es Amor?. Por favor pase y sea nuestro huésped». Amor se puso de pie y empezó a caminar hacia la casa. Los otros 2 también se pusieron de pie y lo siguieron. Sorprendida les pregunto a Riqueza y a Exito: «Solamente invite a Amor. ¿Por qué están pasando ustedes?» Los ancianos respondieron: «Si usted hubiera invitado a Riqueza o a Exito, los otros dos nos hubiéramos quedado afuera, pero como usted invitó a Amor, dondequiera que él va, nosotros lo acompañamos.
2. La Tristeza y la Rabia
En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta… En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas… Había una vez… un estanque maravilloso. Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente… Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la rabia. Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque. La rabia, con prisas (como siempre está la rabia), urgida – sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aun, salió del agua… Pero la rabia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró… Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza… Y así vestida de tristeza, la rabia se fue. Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque. En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba. Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la rabia. Dicen por allí, que a partir de ese día, detrás de una rabia, hay una tristeza escondida y detrás de una tristeza hay una rabia contenida.
3. La zanahoria, el huevo y el café
Como reaccionamos ante las dificultades :
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y de cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir. Sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.
Mirando a su hija le dijo: «Querida, ¿Qué ves?»; «Zanahorias, huevos y café» fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro.
Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó: – «¿Qué significa esto, padre?» Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había puesto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo eran únicos: después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua.
«¿Cuál eres tú, hija?, Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes?», le preguntó a su hija.
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿Eres amargada y áspera, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.
Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas en forma positiva, sin dejarte vencer y haces que las cosas a tu alrededor mejoren, que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumina tu camino y el de la gente que te rodea. Esparces con tu fuerza y positivismo el «dulce aroma del café».
¿Y tú?, ¿Cuál de los tres eres?
4. El amor y el tiempo
Había una vez una isla muy hermosa y de naturaleza indescriptible, en la que vivían todos los sentimientos y valores del hombre; El Buen Humor, la Tristeza, la Sabiduría … como también, todos los demás, incluso el Amor.
Un día se anunció a los sentimientos que la isla estaba por hundirse. Entonces todos prepararon sus barcos y partieron. Únicamente el Amor quedó esperando solo, pacientemente, hasta el último momento. Cuando la isla estuvo a punto de hundirse, el Amor decidió pedir ayuda. La riqueza pasó cerca del Amor en una barca lujosísima y el Amor le dijo: «Riqueza… ¿me puedes llevar contigo?» – No puedo porque tengo mucho oro y plata dentro de mi barca y no hay lugar para ti, lo siento, Amor … Entonces el Amor decidió pedirle al Orgullo que estaba pasando en una magnifica barca. «Orgullo te ruego … ¿puedes llevarme contigo? , No puedo llevarte Amor … respondió el Orgullo: – aquí todo es perfecto, podrías arruinar mi barca y ¿Cómo quedaría mi reputación? Entonces el Amor dijo a la Tristeza que se estaba acercando: «Tristeza te lo pido, déjame ir contigo». – No Amor … respondió la Tristeza. – Estoy tan triste que necesito estar sola. Luego el Buen Humor pasó frente al Amor, pero estaba tan contento que no sintió que lo estaban llamando. De repente una voz dijo: «Ven Amor te llevo conmigo». El Amor miro a ver quien le hablaba y vio a un viejo. El Amor se sintió tan contento y lleno de gozo que se olvidó de preguntar el nombre del viejo. Cuando llegó a tierra firme, el viejo se fue. El Amor se dio cuenta de cuanto le debía y le pregunto al Saber: «Saber, ¿puedes decirme quien era este que me ayudo?». -«Ha sido el Tiempo», respondió el Saber, con voz serena. -¿El Tiempo? … se preguntó el Amor, ¿Porqué será que el tiempo me ha ayudado? Porque solo el Tiempo es capaz de comprender cuan importante es el Amor en la vida.
5. La Vaquita
Todos tenemos alguna vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra supervivencia, pero que nos lleva a la rutina y nos hace dependientes de ella. Nuestro mundo se reduce a lo que la vaquita nos brinda. Si sabes cual es tu vaquita, no dudes en tirarla por el precipicio. Llegó el momento de pasar a la acción y salir de la rutina cuanto antes.
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6. El halcón que no quería volar
Nadie sabe de lo que es capaz, hasta que lo intenta
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7. El elefante encadenado
CADA UNO DE nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos pensando que «no podemos» hacer un montón de cosas simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos. Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: NO PUEDO, NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ.
Muchos de nosotros crecimos portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar ni cuestionar.
Tu única manera de saber si PUEDES es intentarlo poniendo en ello TODO TU CORAZON!.
JORGE BUCAY
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8. Las piedras de tu vida
SI NO PONES las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento. ¿CUALES SON LAS PIEDRAS GRANDES EN TU VIDA? ¿Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada? ¿O son tu trabajo, tus reuniones, tus viajes de negocios, el poder y el dinero?
LA ELECCIÓN ES TUYA. RECUERDA PONER LAS PIEDRAS GRANDES PRIMERO O LUEGO NO ENCONTRARÁS UN LUGAR PARA ELLAS.
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9. La hoja en blanco
TÚ puedes tener excusas o puedes tener resultados. Lamentablemente lo que no puedes tener son las dos cosas a la vez.
No lo que dicen los demás, tampoco tus circunstancias, solo tu conversación es tu hoja en blanco donde cada día puedes escribir lo que quieres y si lo que tienes escrito no te gusta saber que puedes dar la vuelta a la hoja.
La persona que realmente quiere hacer algo encuentra la forma de hacerlo.
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10. Construimos nuestras propias crisis
Nuestros actos diarios son los que dicen nuestras situaciones. las acciones y decisiones que tomaste son las que te posicionan en el estado actual.
Las decisiones y acciones que tomes de hoy en adelante son las que decidirán tu futuro. trabaja cada día un poco mejor, un poco mas profesionalmente y con un poco mas de ilusión. medita sobre tus errores y felicítate por tus éxitos. no importa como estén las circunstancias, siempre hay una salida, de hecho siempre hay un número infinito de salidas y gran parte de ellas correctas, solo es necesario llegar a identificar la idónea y tomarla cada vez. tus resultados personales son la consecuencia directa de la calidad y la cantidad de tu trabajo. mejora cada día un poco más la calidad de tu trabajo y verás como tu éxito mejora cada día más
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11. Disfrutar del café
“No dejes que la taza te guíe… mejor disfruta el café”
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12. La regla del Oso Idiota
Esta regla comienza con la “O” del oso. ¿Usted quiere algo? Obténgalo!!! “Obtenga” lo que usted quiere, juéguese la vida para obtenerlo!!! corra el riesgo!!!, comprométase con su deseo!!! ¿Qué busca? ¿El amor de ésa persona “tan especial”?… ¿Esa casa “tan soñada”?… ¿Ese trabajo?… Vaya, salga a buscarlo y obténgalo!!!
Pero…, uno puede darse cuenta que a veces es imposible obtener lo que quiere. Entonces, ¿qué dice la regla en segundo lugar? ¿No puede “obtener” lo que quiere?… (Y siguiendo con la “S”, la segunda letra del oso) Nos dice: Sustitúyalo!!! “Sustitúyalo” por otra cosa!!! – Esa persona “tan especial y única” no me quiere… Pues bien, que lo quiera otra persona. – Esa otra tampoco me quiere…. Entonces, busque un marinero!!! Cómprese una mascota!!! – Ah… No!!! Imposible sustituirla!!! “Como ésa persona no hay…”
Entonces, ¿qué nos dice la regla en tercera instancia?… ¿No lo pudo “obtener”?… ¿No lo puede “sustituir”?… Y siguiendo con la “O”, la tercera letra del oso) Nos dice: Olvídelo!!! -Ah No, “Imposible”….. ¿Cómo imposible? – Siii, “Imposible olvidarla!!!” “Éso si que es i-m-p-o-s-i-b-l-e!!!” Ahhh… “¿Imposible?”
Entonces… si no lo puede OBTENER, si no consigue SUSTITUIRLO, si no quiere OLVIDARLO… La “Regla” dice que Ud. es un “IDIOTA”. Quedando así constituida “LA REGLA DEL OSO IDIOTA”.
Tal vez no sea tan fácil “decidir” que puedo Olvidar. “SI” puedo “decidir” no quedarme pegado a lo que creo que es imposible. Y eso es lo neurótico, lo ridículo, lo “idiota”.
Jorge Bucay